lunes, 16 de junio de 2014

Ruta Circular por los Lagos de Covadonga.



Ruta de senderismo realizada el día 16 de junio de 2014, por el entorno de Los Lagos de Covadonga. En ella visitaremos el lago de Enol, el lago Ercina, las minas de la Buferrera, la Vega de Enol, el hayedo Palomberu y la vega Bricial. Magníficos paisajes en un recorrido de baja dificultad.






Comunidad Autónoma: Principado de Asturias.
Comarca: Oriente.
Concejo: Cangas de Onís.
Parroquia: Covadonga.
Localidad de referencia: Covadonga.
Tipo de ruta: Circular.
Distancia: 8 kilómetros.
Época recomendada: Todas.
Dificultad: Baja.
Notas: La niebla es un fenómeno frecuente en este enclave. Ser precavidos con la orientación, en caso de darse. Además, tened en cuenta, que en determinadas fechas de temporada alta, con mucha afluencia de publico (verano, Semana Santa y algunos puentes), no es posible acceder al entorno de los lagos con vehículo particular, teniendo que hacerlo exclusivamente mediante autobuses y taxis, que se pueden tomar en las localidades próximas. Para tener una información más precisa, visitar la siguiente Web: www.lagoscovadonga.com/acceso-horarios.php




Los Picos de Europa, son un macizo montañoso, el cual se localiza en la parte central de la Cordillera Cantábrica, extendiéndose por la provincia de León, el Principado de Asturias y Cantabria. Los Picos de Europa, están divididos a su vez en tres macizos: el macizo Occidental o Cornión, el macizo Central o de los Urrieles, y el macizo Oriental o de Ándara.

En estas montañas, se asienta el Parque Nacional de los Picos de Europa, abarcando una extensión de 64.660 hectáreas, y siendo en la actualidad, el segundo Parque Nacional más visitado de España, después del Parque Nacional del Teide (Tenerife).

Dentro del macizo del Cornión, en el sector asturiano del Parque, se localiza el enclave de los Lagos de Covadonga, el cual esta constituido por dos pequeños lagos, denominados lago de Enol, y lago Ercina. Existe además un tercer lago, el lago Bricial, el cual únicamente puede considerarse como tal, durante el periodo de deshielo, durante el cual acumula agua, permaneciendo el resto del año seco.

La frecuente utilización de este entorno, desde el año 1983, como final de etapa de la Vuelta Ciclista a España, ha popularizado el paraje tanto a nivel nacional como internacional. La afluencia de público es notable durante todo el año. Tanto es así, que en determinadas épocas, como parte del verano, la Semana Santa y algunos puentes, el acceso a los lagos con vehículo particular está restringido, pudiéndose solamente acceder en autobuses y taxis que parten de las localidades cercanas.


Mapa general de la ruta.


Perfil de la ruta.


El día 16 de junio de 2014, amaneció despejado y fresco. A poco más de las 7:30h, ya había desayunado, y me encontraba en el interior de mi vehículo, dispuesto a salvar la distancia existente entre Oviedo, lugar en donde se encontraba mi hotel, y los Lagos de Covadonga (aproximadamente unos 94 Km.). Durante este recorrido, pasaremos por las localidades de Cangas de Onís y de Covadonga, en donde se localiza el Santuario de Covadonga, enclaves que visitaremos, una vez hayamos finalizado nuestra ruta por Los Lagos.

Una vez en Covadonga, dejamos a nuestra derecha, el desvío hacia el Santuario, para tomar a nuestra izquierda la carretera CO-4, la cual en unos 12 Km., nos conducirá a Los Lagos. La carretera comienza a ascender. Al poco rato, a nuestra izquierda dejaremos el Mirador de Los Canónigos, desde el cual podemos disfrutar de una buena panorámica sobre la Basílica del Santuario de Covadonga.
Proseguimos, curveando por la carretera. El trafico es escaso, y el firme bueno, y el ancho de la calzada suficiente para que dos vehículos pasen sin problemas. Eso si, debemos ser precavidos, ya que durante la subida nos encontraremos con buen numero de vacas sueltas por la carretera, así como con muchos aficionados a la bicicleta.


Carretera de subida a Los Lagos, poco antes del Mirador de La Reina.

Cuando hemos ascendido ya un buen trecho (unos 7 Km.), a nuestra izquierda, aparece un nuevo mirador. Se trata del Mirador de la Reina, en el cual además de la balconada del mirador, encontramos una serie de mesas para picnic, así como una zona de aparcamiento, además de…¡muchas vacas pastando!.


El Mirador de La Reina, está "muy concurrido".

Continuamos. Al poco, al tomar una curva, surge una imagen que conmueve nuestra alma, y que no es otra que las espectaculares cumbres de los Picos de Europa, aún parcialmente cubiertas por la nieve.
Finalmente, tras cubrir los últimos kilómetros, llegamos al entorno de Los Lagos. A nuestra izquierda, vemos un desvío y una indicación de parking. Si tomamos por ella, llegaremos al aparcamiento de Buferrera, donde perfectamente podríamos dejar nuestro coche. Sin embargo, es más recomendable, continuar recto un poco más hasta alcanzar el Parking del Refugio de Entrelagos, donde aparcaremos nuestro vehículo. Hemos alcanzado el punto de inicio de nuestra ruta.

En la zona del refugio de Entrelagos, encontramos, como ya hemos citado antes, una explanada, destinada a aparcamiento. Rodeando completamente dicha explanada (exceptuando el punto de acceso a esta por la carretera, en el que encontramos un vado canadiense), está dispuesto un cercado de madera, que impide el paso del ganado a su interior. En dicho vallado, encontramos varias angarillas, estratégicamente dispuestas en aquellos puntos por donde discurre alguno de los senderos existentes en la zona.
Junto a la zona de aparcamiento, encontramos una edificación, en la cual se asienta, el Bar-Restaurante Maria Rosa, especializado en comida regional asturiana, y en el cual tengo intención de almorzar (como así fue) tras finalizar la ruta.
Del Refugio/Hotel Entrelagos, no encontraremos ningún rastro, ya que al parecer dicha infraestructura, fue desmantelada a comienzos del presente siglo.
Situados en la explanada del aparcamiento, si llevamos nuestra vista al noroeste, justo por encima del edificio del Bar, podremos ver el mirador de Entrelagos, al cual se accede por un camino enlosado.


Cartel informativo del sendero PR-PNPE-2 "Lagos de Covadonga".

Por el aparcamiento del refugio de Entrelagos, pasan dos senderos de pequeño recorrido, el PR-PNPE-4 “Vega de Ario”, y el PR-PNPE-2 “Lagos de Covadonga”, con el cual va a coincidir buena parte del recorrido de nuestra ruta. En la explanada, podemos encontrar sendos paneles explicativos sobre dichos senderos de pequeño recorrido. Por lo tanto durante nuestro recorrido, encontraremos abundantes marcas, hitos y postes, pertenecientes al sendero PR-PNPE-2, que podemos utilizar para orientarnos.

Comenzamos a caminar. En primer lugar subiremos al mirador de Entrelagos, también conocido como mirador de la Picota, debido a que se localiza en la parte alta de la loma de la Picota. Se trata esta de una loma alargada, de algo más de 1.150 m. de altura, que separa entre si el lago de Enol (al oeste), del lago Ercina (al Este).

Para subir al mirador de Entrelagos, tomaremos la senda enlosada, que parte a la izquierda del bar-restaurante. Pronto, esta se transforma en unas escaleras, las cuales en pocos metros nos dejarán en el mirador. Una vez en el, tenemos una magnifica panorámica sobre ambos lagos.

Si nos situamos mirando en dirección al lago de Enol, de izquierda a derecha, podremos observar lo siguiente: En primer lugar veremos la cresta cimera de la loma de la Picota. Justo por detrás de esta, vemos el pico Mosquital (1.284 m.). Inmediatamente a la derecha del Mosquital, vemos otro pico, de aspecto más cónico. Se trata de la Porra de Enol (1.279 m.). Entre ambos picos, se extiende la conocida como vega de Enol, ocupada por verdes prados. En ella vemos claramente como se asienta una edificación, a la cual se accede por un marcado carril terrizo. Se trata del Refugio de la Vega de Enol.
A la derecha de la Porra de Enol, y separado de este por un collado por el que discurre la carretera de acceso a Los Lagos, vemos el pico Sohornín (1.192 m.).


Lago de Enol visto desde el Mirador de Entrelagos. Detrás, en el centro, la Porra de Enol. A la izquierda de esta, la Vega de Enol, con el edificio del Refugio de la Vega de Enol.

El lago de Enol, es el mayor de los dos lagos. Se sitúa a 1.070 metros de altitud, y su profundidad máxima es de unos 24 metros. Su origen, al igual que el del lago Ercina, es glaciar. Estos lagos, se originaron tras la retirada de los glaciares que cubrieron esta zona durante la última glaciación.
Como curiosidad, citaremos, que bajo las aguas del lago de Enol, en una pequeña cueva situada a unos 8 metros de profundidad, se encuentra sumergida una figura de la Virgen de Covadonga (La Santina). Cada año, el día ocho de septiembre (festividad del Día de Asturias o de la Virgen de Covadonga), un grupo de buceadores, localizan la imagen, y la suben a la superficie, poniéndola en un pedestal flotante. Posteriormente, la llevan en procesión hasta la orilla, donde finalmente la colocan en un altar. En el lugar, se celebra una misa. Tras su finalización, se vuelve a sumergir la imagen, que permanecerá en el lago hasta el año siguiente.


Lago Ercina desde el Mirador de Entrelagos. Detrás, las cimas del Cornión conservando aún algo de nieve.

Si ahora nos situamos mirando en dirección al lago Ercina, podremos ver de derecha a izquierda, en primer lugar la cresta cimera de la loma de la Picota, y el pico del Mosquital. A continuación las aguas del lago Ercina, y más a la izquierda el pico de Llucia (1.338 m.). Por debajo, vemos la zona de aparcamiento del refugio de Entrelagos. Toda la zona herbosa, que rodea la explanada del aparcamiento, y que se extiende hasta el lago Ercina, se conoce como Vega La Tiese. El lago Ercina, es de menor tamaño que el de Enol, y se sitúa a 1.108 m. de altitud. Su profundidad máxima es de tres metros.
Por encima del lago Ercina, vemos las cumbres aún nevadas de la región del Cornión de los Picos de Europa. Entre estas destaca la cumbre de la Torre de Santa Maria o Peña Santa de Enol con 2.486 metros.


Cumbres del Cornión. De derecha a izquierda, la Torre de Santa María de Enol (2.486 m.), la Torre de la Canal Parda (2.353 m.), y la Torre de Los Traviesos (2.385 m.).

Por debajo de nosotros y en dirección al lago de Enol, vemos como desde el mirador, parte un sendero enlosado, que va a ir a desembocar al aparcamiento de la Buferrera. No tomaremos por el, descendiendo nuevamente al aparcamiento del refugio de Entrelagos, por el mismo camino por el que accedimos al mirador.


"Asturias paraíso natural."

Ya en el aparcamiento, giraremos a la derecha, y continuaremos siguiendo el vallado que lo limita, hasta que encontremos una pequeña angarilla, de la cual parte un camino enlosado. Pasaremos por la angarilla, y tomaremos por el. En unos metros, un poste indicador del PR-PNPE-2 nos informa que nos dirigimos hacia las minas de la Buferrera.


Hacia las Minas de la Buferrera.

En unos cien metros llegamos a una bifurcación del camino. Da igual el ramal que cojamos, ya que ambos nos llevan a visitar la explotación minera abandonada. Yo cogí el ramal de la izquierda, pero a toro pasado, recomendaría que cogierais el que parte a la derecha, ya que aunque más largo, atraviesa parajes más interesantes.



Parte baja de las Minas de la Buferrera. Nótese los raíles, las vagonetas de carga de mineral y los túneles.

Sea cual fuere el camino escogido, al final terminaremos en la parte más baja de la antigua mina, donde en una explanada, hay habilitado un pequeño museo sobre la explotación. En el centro de dicha explanada, llamara nuestra atención, una moderna escultura de notable tamaño, que representa a un minero sentado. Alrededor de la escultura encontraremos algunas vagonetas de carga de mineral, sobre un tramo de raíles, un panel informativo sobre la actividad de la mina, así como unos túneles de mina rehabilitados, a los cuales podemos acceder.


Vagoneta de carga. Minas de Buferrera.

La mina de la Buferrera, comenzó su actividad en torno al año 1.868. De ella se extrajo principalmente mineral de manganeso, hierro y mercurio. La mina estuvo en activo hasta el año 1.979, en el cual ceso su actividad, tras ganar el ICONA (Instituto para la Conservación de la Naturaleza), un contencioso, presentado debido a la incompatibilidad de la actividad minera con la protección del espacio natural, en el que obtiene la titularidad de los terrenos.
La mina de la Buferrera, para llevar a cabo su actividad, precisaba de agua, la cual tomaba mediante canalizaciones del lago Ercina. En torno al año 1.905, se decide aumentar la capacidad de almacenaje de agua del Ercina, mediante la construcción de un dique en la zona sur del lago. La construcción de este dique, al parecer, y según dicen los geólogos, ha tenido gran importancia para que el lago Ercina se conserve hasta nuestros días, ya que al parecer sin este dique el agua se hubiera filtrado paulatinamente por grietas existentes en la orilla sur, hasta hacer desaparecer el lago.


Escultura homenaje a los mineros. Minas de la Buferrera.


Cartel informativo sobre la Mina de Buferrera.

Para salir de la mina de la Buferrera, lo haremos a través de uno de los túneles rehabilitados. Para ello desde donde está la escultura del minero, nos pondremos de cara a los raíles. Una vez así situados, tomaremos el túnel de nuestra derecha.


La salida, la realizaremos a través de un túnel de mina reconstruido. Cuidado con las cabezas.

Al poco saldremos del túnel, caminando aún entre los raíles. Metros después encontraremos un cartel que reza “Museo Mina de Buferrera” (al parecer la zona esta preparada para visitarla en sentido contrario al que nosotros hicimos), y a nuestra izquierda un camino enlosado que asciende por el cual no tomaremos.


Saliendo de las Minas de Buferrera.

Seguimos al frente. El camino enlosado, nos lleva por una explanada, en la cual encontramos gran cantidad de pequeños árboles. Se trata del arboreto, o jardín botánico, en el cual se muestran una selección de las especies arbóreas autóctonas. En la zona encontramos también varias mesas para picnic, así como a nuestra izquierda unas cabañas las cuales albergan unos servicios, y un mapa en relieve de los Picos de Europa (cabaña que estaba cerrada cuando realizamos la ruta).

Continuamos caminando siguiendo el camino de losas. En menos de cien metros, a nuestro frente encontraremos unas escaleras que descienden decididamente hacia el edificio que alberga el Centro de Interpretación Pedro Pidal. En este punto, a nuestra izquierda queda una pequeña plazoleta, y a nuestra derecha, se prolonga un carril terrizo.

No tomaremos aún por las escaleras, desviándonos a nuestra derecha por el carril. Cerca, un poste de direcciones, nos indica que dicho carril nos conducirá al Mirador del Príncipe, y al itinerario PR-PNPE-8 “Demués – Los Lagos”. Unos metros después a nuestra derecha, encontraremos un cartel informativo sobre el citado PR-PNPE-8.

El carril, que discurre en suave ascenso, nos dejara en unos doscientos cincuenta metros en el Mirador del Príncipe, el cual se sitúa a 1.085 metros de altura, y está constituido por una pequeña explanada, rodeada completamente por lajas de piedra puestas en vertical. Su acceso se hace por un estrecho paso, pensado para que el ganado no invada su interior. Desde el, tenemos una magnifica vista sobre la Vega, Llano o Poljé de Comeya. Asimismo en su interior encontramos un cartel informativo acerca de dicho Poljé.


En el Mirador del Príncipe.

Un Poljé, es una extensa depresión cerrada, de fondo plano, de dimensiones kilométricas, rodeado de vertientes escarpadas, el cual aparece en un macizo de roca kárstica (calizas, dolomías, yesos, etc.). Es frecuente en los poljés la existencia en su fondo de un arroyo o torrente, cuyo curso de agua desaparece súbitamente en el interior de la tierra por un sumidero, también llamado ponors. Todas estas características pueden verse en la Vega de Comeya.


Polje de Comeya (panorámica por fotocomposición).

En el interior de la Vega de Comeya, podemos apreciar extensos y verdes pastizales, los cuales determinan su principal aprovechamiento actual, el ganadero.
Asimismo, podemos ver una serie de restos de edificaciones, las cuales pertenecían al complejo de la Buferrera. Son testigos mudos de cuando en esta zona, se realizaba el lavado del mineral extraído de la cercana mina de la Buferrera.
Otro rasgo destacable del paisaje de la Vega de Comeya, es que por su fondo discurre un pequeño arroyo de régimen torrencial, el cual desaparece en el extremo noroccidental de la depresión, mediante un sumidero. Se trata de una de las características típicas de los poljés.
Por ultimo señalaremos, que al parecer en el pasado, en el Poljé de Comeya, se asentaba un lago de grandes dimensiones, el cual fue desecándose poco a poco por la filtración de sus aguas al subsuelo.


Cartel informativo sobre el Polje de Comeya.

Tras un rato contemplando el paisaje, abandonamos el Mirador del Príncipe, y desandamos el camino realizado, hasta situarnos nuevamente en el comienzo de las escaleras que llevan al Centro de Interpretación Pedro Pidal.

Rápidamente descendemos por ellas, llegando al edificio del Centro de Interpretación, el cual también encontramos cerrado.


Descendiendo hacia el Centro de Interpretación Pedro Pidal.


Vaquitas posando para la foto.

Desechamos un corto ramal a nuestra izquierda, que conduce a la carretera, para continuar por un camino siempre enlosado, que encontramos por detrás del Centro de Interpretación.
Comenzamos a descender. En unos ciento cincuenta metros cruzamos un puentecillo, que salva el cauce de una torrentera. Continuaremos otros escasos cien metros, para desembocar finalmente en la explanada del aparcamiento de la Buferrera. Justamente en el punto donde entramos a dicha explanada, encontramos dos carteles informativos sobre los senderos PR-PNPE-1 “Senda de Frassinelli” y PR-PNPE-2 “Lagos de Covadonga”.


Paneles informativos en el acceso al aparcamiento de la Buferrera.

Giramos a nuestra izquierda y caminamos por el aparcamiento, hasta encontrar más o menos a mediación de este, a nuestra izquierda, un paso en el vallado que limita la explanada, el cual conduce a una escalera enlosada que asciende. En este punto encontramos también un poste con flechas indicadoras del PR-PNPE-2 “Lagos de Covadonga”, y del PR-PNPE-5 “Mirador de Ordiales”.

Dirigimos nuestros pasos por la escalera. En escasos noventa metros, desembocaremos en una carretera, la cual se dirige, tomándola en el sentido de nuestra izquierda, hacia el Centro de Interpretación Pedro Pidal, y al Arboreto. Enfrente de nosotros continúa un camino enlosado, en suave ascenso, por el cual proseguiremos. Desde este punto, contemplamos perfectamente las instalaciones del aparcamiento de la Buferrera.


Aparcamiento de la Buferrera.

Tras recorrer unos trescientos cincuenta metros, desembocamos en la carretera por la cual accedimos con nuestro vehículo al aparcamiento del Refugio de Entrelagos. Enfrente nuestro, aparece majestuoso el lago de Enol. Tras el vemos la Vega de Enol, la Porra de Enol flanqueando la vega por su derecha, y el cerro Mosquital en su flanco izquierdo.


Panorámica del lago de Enol. A la izquierda el Pico Mosquital. En el centro la Vega de Enol. A su derecha la Porra de Enol. Un collado a su derecha, por el cual pasa la carretera, separa la Porra de Enol del Pico Sohornín. (Panorámica por fotocomposición).

Cruzamos la carretera, hacia un poste con flechas de direcciones situado pocos metros por encima de la orilla del lago. De las tres flechas que componen este poste, seguimos las indicaciones de la que reza “PR-PNPE-2 Ruta de los Lagos – Vega de Enol (15 min.).


Poste de flechas indicadoras situado junto al lago de Enol.

Tomamos por lo tanto hacia nuestra derecha, por un exiguo senderillo, que discurre paralelo a las orillas del lago por nuestra izquierda, y a la carretera por la derecha. Al principio, caminamos casi por el borde de la carretera, pero pronto, el sendero desciende apartándose de está y haciéndose más marcado, y encaminando nuestros pasos hacia la base de la Porra de Enol, que vemos ahora a nuestro frente.


Caminando hacia la base de la Porra de Enol.

Para los amantes de la tranquilidad y la soledad en los parajes naturales, como yo, aquí comenzara la parte más interesante de la ruta, ya que nos salimos del sector más masificado por los turistas que visitan los lagos. También dejamos atrás los antinaturales caminos y escaleras enlosadas por las que hemos transitado anteriormente.

Caminamos ahora por un terreno dulce, contemplando maravillosas vistas sobre el lago de Enol. Pronto a nuestro frente, comenzamos a vislumbrar una serie de cabañas construidas en piedra (al menos cuatro), rodeadas por magníficos árboles. Se trata de la Majada Los Acebos, la cual alcanzaremos tras recorrer unos quinientos metros desde el punto en que abandonamos el camino enlosado próximo al aparcamiento de la Buferrera.


Llegando a la Majada Los Acebos.

Una Majada, esta constituida por unas pocas edificaciones básicas (cabañas), constituyendo a modo de un pueblo mínimo, el cual se encuentra habitado temporalmente durante el periodo de verano, y las cuales sirven de refugio a los pastores que tienen a su ganado pastando en estos territorios. Las majadas son de titularidad pública, y se encuentran gestionadas por los propios pastores, por medio de sus instituciones de gobierno.
Podemos hacer un alto a la sombra de alguno de los árboles presente en la Majada, para disfrutar de las magnificas vistas existentes, así como de la paz reinante en el lugar.


Volvemos la vista hacia la Majada Los Acebos. Como telón de fondo el Pico Sohornín.

Tras el alto proseguimos. En unos cien metros, desembocaremos en un carril terrizo, situado en la base de la Porra de Enol. Tomaremos por este hacia nuestra izquierda. Debemos tener precaución ya que el carril se encuentra abierto al tráfico rodado, aunque obviamente, este es escaso.

El carril desciende suavemente. Cuando llevamos recorrido por el unos ciento veinticinco metros, describe una curva de noventa grados a la derecha, introduciéndose en la Vega de Enol. A nuestro frente vemos un vallado de madera, el cual corta el acceso a la vega. El carril pasa a través de el, por medio de un vado canadiense.


Entrando en la Vega de Enol (panorámica por fotocomposición).

Cruzamos por el vado. A nuestra derecha, al fondo, vemos el edificio del Refugio de la Vega de Enol. A nuestra izquierda, si observamos atentamente, vemos como parte un exiguo sendero, que va a un poco de más altura, en paralelo al carril terrizo, y que aparentemente se dirige a una pequeña ermita que vemos más al fondo. Tomaremos por dicho sendero, pero debido a que no tiene conexión con el carril, tendremos que caminar unos metros campo a través.


Exiguo sendero mediante el cual atravesaremos la Vega de Enol.

Caminamos por el senderillo, totalmente rodeados de prados de verde hierba. En ellos, pastan y pacen tranquilamente, multitud de vacas. A modo de curiosidad, diremos que la mayor parte de las vacas que encontramos pertenecen a las razas Asturiana de la Montaña, y Parda de Montaña, la primera, raza autóctona asturiana, y la segunda originaria de los Alpes Suizos. También podremos ver gran cantidad de vacas cruzadas. El aprovechamiento económico de estas reses, es fundamentalmente para carne, aunque también se aprovecha su producción láctea para la elaboración de quesos tales como el Queso de Gamonéu o de las tres leches (vaca, cabra y oveja), el Casín y el queso de los Beyos.


Muuuuú. Soy una vaca asturiana, de pura raza de montaña.

Caminaremos por el senderillo algo más de cuatrocientos metros. En este punto, y llegando a un par de cabañas de piedra, vemos como a nuestra derecha, se encuentra a un tiro de piedra el refugio de la Vega de Enol, más propiamente denominado como Casa de Pastores Municipal, el cual da servicios de alojamiento y comida a los pastores que trabajan en el entorno de los lagos, así como al resto del publico en general durante todo el año.


En las proximidades de la Ermita del Buen Pastor, y del Refugio de la Vega de Enol.

Más a nuestro frente, y situada sobre un pequeño promontorio, vemos la Ermita del Buen Pastor. Nos acercaremos a visitarla. Para ello debemos abandonar el senderillo, y caminar campo a través un corto tramo hasta llegar a ella.


Ermita del Buen Pastor.

Nos encontramos en los terrenos en que cada año, el día 25 de julio, se celebra la Fiesta del Pastor. Ese día, a las ocho de la mañana en punto, parte desde Cangas de Onís hacia la vega de Enol, una caravana de romeros.
Posteriormente, se celebra una misa en la Ermita del Buen Pastor. Tras esta, se reúnen en consejo abierto, la Corporación y el Consejo de Pastores, con la finalidad de repartirse los pastos de la montaña de Covadonga de forma equitativa. También se elige mediante votación popular al que será el nuevo regidor de pastos, el cual velara por que se cumplan sus ordenanzas tradicionales. Paralelamente, se realizan una serie de actos festivos, que engloban la escalada a la Porra de Enol, carreras de caballos montados a pelo, exhibiciones de manejo de perros, tiro de cuerda por equipos, actuaciones de coros y danza, y la elección de la pastora más guapa.

Una vez visitada la ermita, deshacemos el camino andado, hasta situarnos nuevamente en el senderillo por el que caminábamos. Pocos metros después el senderillo se desdibuja y prácticamente desaparece. Sin embargo un poste con una flecha indicadora no nos deja duda acerca de en que dirección marchar.
El sendero ahora asciende y abandonando los verdes pastos, se interna por una zona más rocosa. Pero esto durará poco, ya que recorridos unos cien metros, el terreno nuevamente se hace herboso.


Estribaciones del Hayedo Palomberu, con las cumbres del Cornión en segundo plano.

En nuestro caminar, por nuestra derecha, nos acercamos cada vez más a las estribaciones del Hayedo Palomberu, el cual nos brinda una bella estampa con las cumbres seminevadas del macizo del Cornión sobresaliendo tras el. Las imágenes que deben poderse contemplar aquí durante el otoño deben ser embelesadoras.


Poste de señales. Este poste lo veremos dos veces durante la ruta.

Habremos recorrido algo más de cuatrocientos metros, cuando alcanzamos un poste de señales indicadoras. En el observamos tres flechas. La primera, que señala hacia atrás, y que reza “Vega del Enol”, indica el camino por el que hemos venido. La segunda, que indica hacia delante, y señalada como “Lago Ercina”, nos indica el camino que hemos de seguir para llegar nuevamente al aparcamiento del  Refugio de Entrelagos, y así cerrar la circular. La tercera, que señala a la derecha, y marcada como “Vega Enol por el Bosque Palomberu”, se interna en el hayedo, para dejarnos finalmente en el carril que conduce al refugio de la Vega de Enol.
Como voy bien de tiempo y ya que estoy aquí, no puedo dejar de visitar el hayedo, decido internarme en el bosque, aunque eso signifique luego enlazar nuevamente con el sendero ya recorrido más o menos a la altura de la Ermita del Buen Pastor, y volver a recorrer un tramo ya andado. Digamos que haré una pequeña circular dentro de nuestra ruta circular.


Dirigiéndonos al interior del Hayedo Palomberu. Al fondo la Torre de Los Traviesos.

Sin más dilación tomamos el sendero que parte a nuestra derecha. Inicialmente caminamos en paralelo a la linde del bosque, el cual llevamos a nuestra derecha. A nuestro paso, de tanto en tanto, iremos encontrando, marcas de continuidad del sendero PR, pintadas sobre rocas, que nos indican que vamos por el buen camino. También encontraremos algún que otro hito de continuidad de sendero.
Cuando llevamos recorridos algo más de doscientos metros, afrontamos un empinado repecho. Tras superar este, los árboles aumentan su número. Pronto el sendero describe una curva a la derecha, conduciéndonos a un gran panel informativo, guarnecido con un tejadillo, el cual nos habla sobre el ecosistema del hayedo del monte Palomberu.


Gran cartel informativo sobre el ecosistema del Hayedo Palomberu. Nótese las marcas del PR.

Continuamos, para ver como el sendero se interna sin más dilaciones en el espesor del bosque. Las hayas (Fagus sylvatica) que nos envuelven, son unas perfectas desconocidas para un andaluz, ya que su área de distribución no alcanza latitudes tan meridionales. Me llama la atención la corteza lisa y de color gris ceniza de las hayas, su gran densidad de follaje, los hayucos (sus frutos pilosos), y sus troncos inusualmente tortuosos, ya que según tenia entendido, estos suelen ser altos y rectos. Posteriormente consultando documentación he encontrado, que si la densidad del bosque de hayas no es muy elevada (tal como ocurre en el monte Palomberu), el tronco del árbol se ramifica desde muy abajo, y se hace tortuoso. Sin embargo, si la densidad es alta, los troncos crecen rectos, ramificándose muy arriba.


Hayas con tortuosos troncos.

Muchos de los ejemplares de mayor porte, tienen cubierto parcialmente el tronco con musgo. También es de destacar la gran cantidad y variedad de helechos que encontramos en el sotobosque. Las imágenes que podemos observar, nos recuerdan a otras que podemos ver en Andalucía, la de los canutos de la sierra del Aljibe, en el gaditano Parque de los Alcornocales (salvando las distancias claro está).


Rincón en el Hayedo Palomberu.

Recorreremos alrededor de trescientos cincuenta metros, por el espesor del bosque, deleitándonos con sus rincones, para finalmente salir a una zona más abierta y pedregosa. En algunos puntos, transitamos justo por el cauce seco de un arroyo. Finalmente tras recorrer otros ciento cincuenta metros, desembocamos en la continuación de carril por el que llegamos anteriormente a la Vega de Enol.

Situados en este punto, si tomásemos el carril hacia nuestro frente, nos conduciría al Refugio de la Vega de Enol. Si por el contrario, lo tomáramos a la izquierda, podríamos llegar al llamado Mirador del Rey, situado a unos dos kilómetros (el cual no visitamos, pero que hubiera sido una buena opción para prolongar algo más la ruta). Nosotros, sin embargo, no continuaremos por el carril, sino que tomaremos a nuestra derecha, campo a través por un verde prado, tratando en todo momento, de mantener más o menos la línea recta.

Pronto (unos doscientos metros), al frente, veremos claramente, el poste indicador del PR, que encontramos antes, cuando pasamos la Ermita del Buen Pastor (que vemos ahora a nuestra izquierda). En este punto, reconectamos con el sendero, que ya habíamos transitado previamente. Sin más dilación, tomamos a la derecha, y volvemos a recorrer los aproximadamente quinientos cincuenta metros, que nos separan del poste de indicaciones, desde el cual nos desviamos a la derecha para visitar el Hayedo Palomberu. Una vez alcanzado este poste nuevamente, continuaremos hacia nuestro frente, siguiendo la indicación de la flecha que reza “Lago Ercina”.

Caminamos ahora por un terreno algo más pedregoso y quebrado, con subidas y bajadas encadenadas, pero que netamente va ganando altura. Cuando llevamos recorridos unos trescientos cincuenta metros, alcanzamos las cabañas que constituyen la Majada El Bricial. Dicha majada, se sitúa a los pies del pico Bricial (1.248 m.),  pico, continuación del pico del Mosquital, situado algo más al sur de este.


Vega de El Bricial. En esta depresión se asienta en la época de deshielo el Lago Bricial, alimentado por la cascada La Meona.

En este punto, si llevamos la vista hacia nuestra derecha, veremos una depresión, cubierta de hierba, en la cual pastan numerosas vacas. Se trata de la denominada Vega de El Bricial. Dicha vega, durante el periodo de deshielo, y en años especialmente lluviosos, alberga un lago temporal, el cual recibe el nombre de Lago Bricial, y que se considera el tercer lago de Covadonga. Cuando se forma, el lago está alimentado por una espectacular cascada, la cual recibe el nombre de cascada de la Meona. Esta cascada, la forma el cauce del río Resecu. Posteriormente, cuando el aporte hídrico disminuye, el agua del Lago Bricial, se filtra poco a poco al subsuelo, hasta desaparecer.


Continuamos caminando, rodeando por nuestra izquierda el pico Bricial. En escasos cuatrocientos metros, alcanzaremos la Majada de Las Reblagas, en la cual encontraremos unas bonitas cabañas de piedra, y una fuente, la fuente de Las Reblagas. Este lugar, sería un buen sitio para parar y realizar un refrigerio para reponer fuerzas.


Majada de las Reblagas. A la izquierda, la fuente de su mismo nombre.

Sin embargo nosotros continuamos. Poco después de pasar la fuente de las Reblagas, ante nosotros se muestra nuevamente el lago Ercina. En unos setenta y cinco metros, pasamos junto a unas cabañas de piedra, construidas prácticamente adosadas a la pared de piedra de nuestra izquierda, y que forman parte también de la Majada de Las Reblagas.


Lago Ercina. En el centro el Pico Llucia (panorámica por fotocomposición).

El sendero, nos acerca cada vez más a la orilla del lago Ercina. A nuestra derecha, domina la imagen del pico Llucia. En unos cuatrocientos metros, alcanzaremos el pilón de una pequeña fuente, de la cual desconozco su nombre.


Fuente poco antes de llegar al aparcamiento de Entrelagos, y de la cual desconozco su nombre (se aceptan aportaciones).

Proseguimos, ahora caminando por un terreno mucho más dulce, herbáceo, que describe pequeñas ondulaciones. Delante de nosotros, podemos ya ver el aparcamiento del Refugio de Entrelagos, así como la loma de La Picota, lo cual nos indica que el final de nuestra circular ya está próximo. Solo nos resta caminar unos cuatrocientos cincuenta metros, por un prado, para finalmente desembocar en el aparcamiento del Refugio de Entrelagos, dando por finalizada la ruta.

Ahora, el objetivo es reponer fuerzas con una buena comida tradicional, y que mejor que entrar en el Bar-Restaurante Maria Rosa, donde con excelente trato, y razonable precio, sirven magníficos platos. Allí di cuenta de una buena fabada de la casa, quedándome con ganas de probar otras especialidades como la ternera guisada, y las setinas, pero el plato anteriormente degustado no lo hacia prudente.


¡A la rica Fabada!.

Tras la comida, y después de un rato de relax por la zona, contemplando el paisaje, me puse nuevamente en marcha, dejando atrás el enclave de Los Lagos, y disponiéndome a visitar el cercano Santuario de Covadonga. Visita al Santuario de Covadonga y Cangas de Onís.


-         “Parque Nacional de Los Picos de Europa – Guía Geológica”, L. Andrados y otros. Instituto Geológico y Minero de España y Organismo Autónomo de Parques Nacionales (ISBN: 978-84-8014-786-6). Accesible edición digital en la Web www.igme.es

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